No sé de dónde lo sacó mi abuelo, aunque ahora su energía es etérea, pero nunca olvidaré dos cosas que me dijo: "El grado de la evolución de una sociedad se puede calcular contando el tiempo que necesita una persona (energía que consume) en acceder a un vaso de agua potable desde su casa" y "Dime cuál es el tamaño de tu bolsa de basura y te diré cuánto dinero tienes". La verdad, que habiendo llegado a una eficiencia más que razonable en el ahorro de nuestra energía corporal, lo cierto es que no ocurre lo mismo con las fuentes de energía disponibles actualmente, y el volumen de actividades asociadas a la recogida y tratamiento de residuos es un ejemplo de nuestro derroche o ineficiencia. Al pensar en escribir este artículo me viene a la cabeza un slogan que escuchaba de adolescente: “Ahorre energía, aunque usted pueda pagarla, España no puede”. Me pregunto, ¿ahora sí puede? Creo que a nuestro pesar, la respuesta es obvia. Dicho esto, las políticas y negocios basados en la eficiencia energética y la sostenibilidad son más que una tendencia y están destinados a cambiar el mundo tal y como hoy lo percibimos; estamos siendo protagonistas de una revolución y un salto en nuestra evolución social. Los desgraciados sucesos recientes, reafirman que debemos sacrificar beneficios a corto plazo para construir una sociedad diferente en cuanto al modelo energético y tecnológico asociado a este.
Eficiencia energética
Los inversores están tomando posiciones y los medios juegan un papel clave para crear una conciencia global para hacernos caminar a todos en el mismo sentido. Con ello, aparecen nuevos productos, servicios, actores y mercados que definirán el entorno del siglo XXI. Probablemente, los países en vías de desarrollo serán los primeros en adoptar las nuevas tecnologías y energías alternativas, dado que no tienen que transformar nada, es todo implementación y no existe resistencia al cambio. En los países desarrollados, las barreras políticas y económicas (costes e intereses creados) van a ralentizar el cambio. A mi juicio, España tiene una buena situación para posicionarse a la cabeza de este cambio, ya que a pesar del esfuerzo que supone a la larga podría ayudar a mejorar nuestro PIB sensiblemente y minimizar nuestra dependencia externa. A nivel empresarial existen soluciones que permiten alcanzar, en algunos casos, una eficiencia energética superior al 50% si aplicamos todas las medidas disponibles actualmente en el mercado. Desde iluminación led de alto rendimiento, hasta sistemas de ahorro eléctrico como CESS, sistemas de monitorización, control y auditoría de hábitos; gestión de facturas, equipamiento de última generación para gestión de temperatura integral frío/calor/ACS, nuevos sistemas de aislamiento, gestión racional de la energía mediante inmótica, energías limpias (solar, eólica, geotérmica,…) y proveedores alternativos.
El mercado dispone de una oferta real que incluye consultoría, asesoría legal y administrativa, procesos de gestión racional de la energía, certificaciones, financiación, planificación del ROI, que junto a unas políticas de subvenciones adecuadas, nos permiten abordar el cambio con garantías de éxito. Por último, el concepto ESE (Empresa de Servicios Energéticos) permite financiar la transformación a cambio de obtener la concesión de la gestión energética de las empresas durante un periodo de entre 5 y 10 años, si bien aún le falta madurez en algunos conceptos de los parámetros de medición que deben ir asociados no a la eficiencia en el consumo, si no a la efectividad en el uso de la energía cara a cada negocio (evolución del beneficio por kW consumido). Aún queda camino por recorrer y en las empresas no existe la figura del gestor de eficiencia energética, una figura clave que debe formar parte del binomio creado a partir del acuerdo entre una compañía o institución con una ESE.
Ángel García Lorenzo es director general de DINSA, empresa especializada en el suministro e instalación de equipamientos de eficiencia energética, que integra servicios de consultoría, sistemas de monitorización y gestión, financiación, subvenciones y certificaciones.