Se están construyendo viviendas de más de 250 metros cuadrados, que se abren con la huella digital y se administran a distancia con un celular. Como un camión de 18 ruedas define Hernán Castro, gerente de una empresa que importa sistemas para automatizar casas, las viviendas que se están levantando en la Sabana.
“Para estar al tanto de todo lo que pasa, por su tamaño, se debe tener un ayudante y eso es lo que pasa en estos hogares de más de 250 metros cuadrados”, explica. Pero en vez de ayudantes de carne y hueso, las quintas, como las llaman algunos, utilizan tecnología para hacer las tareas. Las ’casas inteligentes’, detectan una fuga de gas y la controlan y se pueden administrar a distancia, por medio de un celular.
El fenómeno se está registrando fuerte en Chía, Cajicá y Sopó y está posicionando a los tres municipios de Cundinamarca en esta tendencia, luego de grandes ciudades como Bogotá, Medellín y Bucaramanga.
Según la empresa Technoimport, una de las pocas que trabajan sistemas inteligentes en el país, en el departamento se maneja el 10 por ciento del mercado nacional en ese tipo de construcciones.
“La Sabana es pionera por los condominios que se están haciendo y el estilo de las casas”, dice Germán Mesa, un constructor de Cajicá.
Así también lo confirma Liliana Sánchez, gerente de una empresa de automatización en Zipaquirá, quien asegura que estas poblaciones absorben el 15 por ciento del mercado de Bogotá.
Ya no son para el fin de semana La razón, según Mesa, es que muchos bogotanos buscan en estas residencias su nuevo hogar y no las viviendas de fin de semana. Por eso requieren sistemas sofisticados de seguridad y comodidad.
Es un hecho que esto va cambiando la vida en las poblaciones, y por eso, en Sopó por ejemplo, el alcalde William Venegas ya está estructurando un programa de pertenencia. Tanto para los que llegan como para los que habitan allí, de tal manera que no se pierdan la identidad y la cultura.
Aunque no existe una cifra oficial sobre las casas inteligentes ya instaladas en la Sabana, los constructores calculan que con los nuevos proyectos, los tres municipios podrían sumar unas 2.500.
La tecnología llegó al país hace cinco años, pero sólo hace dos que empezó a darse el ‘boom’.“Aún se cree que con sólo instalar cámaras se puede hablar de una construcción inteligente, pero que un sistema tome una decisión y solucione un problema sí hace que una vivienda lo sea”, agrega Sánchez.
Aunque todavía al comprar una casa -están entre los 500 y 1.000 millones de pesos- el sistema inteligente es un valor agregado, el ingeniero de diseño y automatización Andrés Domínguez considera que se está convirtiendo en una necesidad en cualquier nivel social.