Con la crisis, la implantación de nuevos valores añadidos en la construcción de viviendas se vuelve fundamental. En este sentido, el uso de la domótica en las promociones inmobiliarias es un buen argumento para la venta que no incrementa de forma exorbitante el precio final de venta.
Con la crisis, la implantación de nuevos valores añadidos en la construcción de viviendas se vuelve fundamental. En este sentido, el uso de la domótica en las promociones inmobiliarias es un buen argumento para la venta que no incrementa de forma exorbitante el precio final de venta. Según la responsable de la Secretaría Técnica de CEDOM (Asociación Española de Domótica), Marisol Fernández, en los últimos años la implantación de la domótica se basaba “principalmente en la vivienda de obra nueva, hasta en un 85% de los casos”, aunque ahora, con la crisis inmobiliaria, el sector ha “redirigido sus servicios”.
Según el responsable para Cataluña de Futurasmus, Narcís Saperas, estamos ante una “gran oportunidad para la implantación de la domótica en los hogares”, estableciendo el escenario perfecto para que las familias apuesten de forma definitiva por las casas inteligentes. Uno de los factores más atractivos a la hora de adoptar un elemento “inteligente” es la relación entre la domótica y la cuestión energética: “instalando domótica se puede ahorrar energía, tener un hogar accesible, mejor comunicado, y a la vez más seguro”, explica Fernández. “Lo que es más importante es que lo caro, al final, resulta barato”, explica Saperas.
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