LA DOMÓTICA PERMITE QUE LOS CIUDADANOS DISFRUTEN DE UNAS prestaciones más cómodas y prácticas en su vida cotidiana
INNOVA SANTANDER
'Los directores de cine de todo el mundo han dedicado horas y horas de películas a imaginar, a sugerir y a diseñar cómo será la vida en el futuro. Un mundo tomado por la tecnología donde, casi cualquier acción imaginable, estará influenciada por ella.
Este futuro dibujado en las pantallas de cine ya no es tan lejano cuando observamos ciertos aspectos de la vida cotidiana, como por ejemplo las viviendas y edificios.
La domótica ha entrado en escena y ha dado lugar a los llamados hogares inteligentes, cuya misión es simplificar y hacer más cómodo el día a día de los ciudadanos. Y vaya si lo consiguen, hasta la operación más sencilla, como puede ser pulsar un interruptor, puede estar controlada desde un mando.
Esta tecnología se define como el proceso mediante el cual se consigue una automatización y un control centralizado de los aparatos y sistemas eléctricos y electrotécnicos que hay en una vivienda. Con ello se consigue aumentar el confort del inquilino, ahorrar energía y mejorar la seguridad del inmueble y sus residentes.
A partir de esta definición las posibilidades de aplicar la domótica en una vivienda son múltiples y pueden variar desde el control a través de un único dispositivo hasta amplios sistemas que casi controlan todas las instalaciones que haya en la casa.
Igualmente, este control puede estar distribuido en el domicilio de manera más o menos centralizada, lo que también influye en la manera en que funciona.
Elegir el sistema óptimo
Dentro de la variedad de sistemas de domótica que existen en el mercado, que varían según los dispositivos que requieren y de su funcionamiento más o menos centralizado, no puede asegurarse que haya un método que sea mejor que otro, sino que es preciso analizar cada caso para determinar cuál es la vía más adecuada.
Afortunadamente, en la actualidad el mercado ha crecido y evolucionado lo suficiente como para que haya una amplia diversidad de ofertas y sea posible adquirir sistemas lo más personalizados posible. Y es que no hay que olvidar que un producto que se crea para el confort en un entorno tan vital como es la vivienda, debe tener capacidad de adaptación.
Lo primero a tener en cuenta a la hora de realizar la adquisición es tener en cuenta la tipología y el tamaño del inmueble en cuestión. No es lo mismo instalar el sistema en un apartamento que en una vivienda unifamiliar.
La siguiente cuestión es el punto en el que se encuentre la vivienda, porque en el caso de no estar construida aún, la instalación está abierta a cualquier opción, mientras que si ya está en pie, la actuación está más limitada y hay que contemplar los gastos de obra que suponen los distintos sistemas.
En tercer lugar, es importante ser consciente del uso que recibe dicha casa y de los hábitos de las personas que la utilizan. No se tienen las mismas necesidades en una primera vivienda que en una vacacional, ni se usan igual las instalaciones si, por ejemplo, el hogar tiene hijos que si no los t
tiene.
Por otra parte y al margen de los sistemas y aparatos que controla la instalación domótica, hay que plantearse con qué otros productos digitales va a convivir e interactuar para adoptar las medidas necesarias que compatibilicen su control y uso.
Otra cuestión a analizar es el tipo de interfaces con los que se va a contar. Esto significa, decidir qué dispositivos y qué formatos se van a utilizar para que los propietarios de la vivienda interactúen con ella. Pueden ser pulsadores, móviles, táctiles, auditivos... cada uno de ellos requiere un tipo de orden y una instalación diferente.
La complejidad en el uso del sistema de domótica, su mantenimiento y arreglo es otro factor determinante en la elección, porque influye notablemente en los gastos tras la instalación y en la capacidad de uso.
Finalmente, y como no podía ser de otra manera, el precio es una de las cuestiones a estudiar antes de decidirse por una compra.
Tras el análisis detallado de todos estos factores y después de haberse decidido por la adquisición de un sistema u otro, sólo queda deleitarse con las ventajas que tienen los hogares inteligentes.
Ventajas en el día a día
La incorporación de la domótica en la vida cotidiana tiene muchos puntos a favor que van más allá de la simplificación de las tareas.
Supone un alivio para las personas más mayores, dotándolas de más autonomía, y para aquellas con algún tipo de discapacidad o enfermedad.
Además, proporciona más seguridad a los entornos residenciales al estar dotada de tecnología diseñada con este motivo.
Supone un ahorro de tiempo, ya que la ejecución de ciertas tareas, como por ejemplo encender una luz, se ordena mediante un botón y no requiere ni siquiera moverse del sillón.
La comodidad de hacer frente a imprevistos también es un punto a destacar. Si por ejemplo empieza a llover, desde cualquier lugar se pueden activar las persianas para que se bajen automáticamente.
Actualmente la domótica tiene mucho que ofrecer a los ciudadanos, pero aún queda mucho por llegar, ya que es una tecnología que está implantándose y sobre la que todavía queda mucho que investigar y evolucionar.
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